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Obras en Aña Cuá vuelven a reactivarse

Las obras complementarias en el brazo Aña Cuá del río Paraná serán retomadas oficialmente en setiembre, luego de que Paraguay y Argentina lograran un consenso político que permite reactivar uno de los proyectos más importantes de la Entidad binacional Yacyretá.

El reinicio de las labores se destrabó tras gestiones realizadas entre los presidentes Santiago Peña y Javier Milei, quienes acordaron avanzar en una hoja de ruta conjunta para garantizar el financiamiento y continuidad del emprendimiento. El Consejo de Administración de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) ya dio luz verde a la reactivación de los trabajos, suspendidos desde diciembre del 2023.

Obras complementarias en el brazo Aña Cuá

La empresa responsable de la construcción volverá a instalarse en el sitio desde este 1 de agosto, con el objetivo de preparar la logística e iniciar los procedimientos administrativos necesarios para la reanudación formal de las obras el próximo mes.

El plan consiste en la instalación de tres unidades generadoras en territorio paraguayo, fuera de la isla de Yacyretá, con el aprovechamiento del cauce Aña Cuá. Este brazo del río permite utilizar un volumen importante de agua que actualmente se desperdicia, a través de un vertedero secundario.

Una vez en funcionamiento, las nuevas turbinas permitirán incorporar aproximadamente 270 megavatios al sistema eléctrico, lo que representará un incremento del 10 % en la capacidad instalada de Yacyretá. Lo relevante para Paraguay es que esta nueva energía será producida íntegramente en su jurisdicción.

Usd 450 millones en inversiones

El proyecto demanda una inversión estimada en 450 millones de dólares, que serán cubiertos con recursos propios de la entidad binacional, sin necesidad de recurrir a préstamos internacionales. La primera turbina se espera para el año 2026, y se prevé que toda la obra esté concluida a inicios de 2029.

Más allá del aporte energético, el reinicio del proyecto representa una noticia positiva para los departamentos fronterizos de ambos países. En especial para Ayolas, Misiones, y la ciudad argentina de Ituzaingó, donde la suspensión generó despidos y afectó a muchas familias.

Desde su génesis, Yacyretá ha estado marcada por demoras, trabas políticas y económicas del lado argentino. A modo de referencia, el tratado se firmó en 1973, pero la central recién empezó a operar en 1994. En contraste, Itaipú —firmada el mismo año— comenzó a producir energía ya en 1984.

Mientras Itaipú alcanzó una capacidad instalada de 14.000 MW, Yacyretá apenas llega hoy a 3.200 MW, aunque con Aña Cuá ese número aumentará a 3.470 MW.

La continuidad del proyecto no solo responde a una necesidad energética, sino también a una deuda pendiente con las comunidades que han sido históricamente impactadas por la construcción y operación de la represa. Su reactivación envía una señal clara de que cuando hay voluntad política, los compromisos binacionales pueden cumplirse.